martes, 9 de septiembre de 2008

Quiero estar pegado a tí.

A veces ocurren cosas inspiradoras, o que se yo, que te remueven por dentro, en este caso, una forma emocional y visceral mas que otra cosa. Allí estabamos los cuatro, dos colegas y la chica que era novia de uno de ellos, empezando a entrar en temas escabrosos, entre las cuatro cervezas que llevabamos en el cuerpo. Siempre el trasfondo de la vida en el fondo, pero la vida con alguien. Siempre con alguien. De lo imbécil que resulta contemplar la vida en otros para saber como eres tu. De la inmensidad de ocasiones en las que uno ha aprendido a evitarse para dejar transcurrir una tormenta, que tarde o temprano llega,,,,,,SEGURO. Entre otras cosas, nos mirabamos con sinceridad, hablando desde el corazón, y allí se abrieron varios, de par de par, a veces porque sufres las cosas pero dejas que pasen, otras por no darles demasiada importancia, y al final, se te enquistan, y te hacen demasiado duro. Reconozco que charle, de una forma superficial desde la teoría aprendida, pero siempre llega tu momento, en el que tarde o temprano puedes soltar parte de tu realidad interior, mas cercana en el tiempo. Por esa plaza, pasaba mucha gente, gente con la que nos cruzamos, nos miramos, nos reconocíamos,,pero de que? y seguian cruzandose personas. Allí, unos ocho metros lejos de nosotros, aparecía una esquina que guiaba a un callejón bastante oscuro, así que si alguien aperecía por allí, solo lo veías cuando casi estaba llegando a la plaza, cuando la luz de los baretos le daba directamente. No se porque , de repente , enfrascados en las conversaciones, en las que todo nos llevaba a parar a alguien, en el fondo, a la persona amada, aparecieron por las esquina tres personas. Un chico, alto, iba adelantado con respecto a los otros dos que le seguía,,,,pero iban juntos. Detrás de él, un chico,,,,,una chica, un chico-chica,,,,,no sé, quiza fue el alcohol. De una forma casi artística , sus brazos se cruzaban , muy entrelazados por la espalda, las cabezas se estaban tocando, sus cuerpos no estaban cercanos,,,,estaban pegados, lado con lado, caminaban tan al unísono, que no resultaba incómodo verlos tan posturalmente juntos. Me pasaron mil cosas fugaces por la cabeza. Las sensaciones de que acababan de terminar de hacer el amor hacía quince minutos, la sensación de no querer deshacerse de la presencia perenne del otro, pero todo aliñado con una fuerza que se palpaba...desde lejos en este caso. El chico, que caminaba primero era como una especie de escolta, que dejó un poquito atrás a las dos personas entrelazadas, mientras se dirigían a no se que lugar los tres. Me recorrieron sentimientos encontrados, de profunda ternura, lucha interna, amor, pasión, sobre todo cosas relacionadas con lo más animal de nuestros sentidos de pertenencia a alguien o algo. Seguí con mi mirada el breve rato que pasaron cerca de nuestra mesa, me fije, y asi como estaba absorta de mi conversación por breves segundos, para sentirme inmersa en la breve relacion que pasaba por delante de mis ojos, lo que escuche en mi cabeza mientras él miraba a la chica y movía su boca fue: Quiero estar pegado a tí. Siguieron caminando y ya los perdí de vista.

1 comentario:

Santiago Hernández socorro dijo...

Qué de acuerdo estoy (y siempre lo digo) cuando dices "De lo imbécil que resulta contemplar la vida en otros para saber como eres tu". La de tiempo y energía que se pierde viviendo nuestra vida en otro momento y personas!
Un saludo. Santiago.