sábado, 20 de febrero de 2010

Otro descubrimiento

Preciosa letra , preciosa musica, tango, tango, y mas tango,,,gracias Mario....creo que la voy a utilizar para mi improvisacion/escenita de clown domani domingo. Bueno,,,,,lo del clown esta siendo una sorpresa,,,,de las duras y de las buenas,,,,!nariz roja!, y el publico complice en frente,, me voy soltando el cuerpecito, me voy soltando por dentro,,,sin estar , sin anticipar,,,solo hacer lo que en ese momento tenga que pasar,,,jope que disfrute mas rico,,,y es duro ,,,,pero es tan encantador dejarse llevar por lo que esté ,,,por lo que te de la persona que anda al lado en ese momento. Dios,,,si, definitivamente va a ser esta. Yo estare sola,,,,en mi casa, me viene la idea que ...voy a plantar una plantita,,,,y de ahi saldra una gran sorpresa amorosa. ¿Descubrire que clown se encierra en mi y estÁ deseando salir y pasar a la accion?
Mi cuerpo es el que manda,,,parece que ahí hay motor para comunicar lo misterioso,,,,voy a probar , a lanzarme a otra de tantas piscinas que me he lanzado,,,no siempre segura que hubiera agua,,,,,a veces me estrellé,,,pero otras no!!!! Ahi esta el duende de este pequeño pedazo de vida que tengo entre mis piernas, entre mis manos,,,dentro de mi cerebro,mi columna vertebral, espacapula, tibia, perone, cadera, isquiones, corazon, visceras, sangre.......y toda , toda, toda , TODA LA VIDA que me rodea.



Yo estaba vulnerable porque había descubierto
que las canciones no salvan los planetas;
vos estiraste el cuello de cisne de origami
y me negaste tu cuaderno de misterios.

Tenías una casa y un perro dinamita
y por las noches hablabas entre sueños;
la vida era más fácil en nuestra edad de piedra,
podíamos nadar los lagos de silencio.

Nada más llegar, algo traicionaba tu coartada:
dijiste que pasabas por acá.
Algo me avisó que me escapara, pero me tenía que quedar
al calor de una radio valvular.

Cuando el reloj marcaba demasiado tarde en punto
me claudicaste tu espada lapicera,
las hojas del cuaderno están todas en blanco,
había sido yo el autor de tu misterio.

La primera vez algo me asustó de tu mirada:
tus ojos me sabían escuchar.
Me invitaste a ver la madrugada, pero me tenía que quedar
al calor de una radio valvular.

Nada más llegar, algo traicionaba tu coartada:
dijiste que sabías cocinar.
Algo me avisó que me escapara, pero me tenía que quedar.

La primera vez algo me asustó de tu mirada:
tus ojos me sabían escuchar.
Me invitaste a ver la madrugada, pero me tenía que quedar
al calor de una radio valvular.

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